REFLEXIONES SOBRE EL FUTURO DE LA JUVENTUD EN TIEMPOS DE CRISIS
1.- INTRODUCCIÓN.
El próximo curso todos vosotros/as, o la mayoría, dejaréis el Instituto y, en ese momento, vais a tener que tomar decisiones importantes. Sin ninguna duda, la situación económica actual va influir en esas decisiones.
Seguro que os vais a plantear alguna de estas preguntas:
¿Tendré posibilidad de encontrar trabajo si no quiero seguir estudiando?
Si decido seguir formándome ¿podrá mi familia pagarme los estudios?
¿Elijo una carrera universitaria o un Ciclo Formativo?
Y en cualquier caso, ¿los estudios que curse me van permitir tener un puesto de trabajo?
Yo no os puedo dar las respuestas, pero voy a intentar aportar ideas, datos, reflexiones que espero que os ayuden a tomar las decisiones.
2.- CONSECUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES DE LA CRISIS.
Todos/as estamos sufriendo, de una u otra forma, las consecuencias de la crisis económica. Nuestras propias familias o nuestros amigos/as están padeciendo el problema del paro, o la precariedad laboral.
Todos/as estamos sufriendo, de una u otra forma, las consecuencias de la crisis económica. Nuestras propias familias o nuestros amigos/as están padeciendo el problema del paro, o la precariedad laboral.
Recientemente aparecía en la prensa esta noticia: el número de personas sin empleo supera los seis millones, un 27 % de la población activa. Es posible que al escuchar estas cifras no nos hagamos una idea de la gravedad del problema.
En marzo de este año Cáritas hizo público un informe titulado “Desigualdad y derechos sociales. Análisis y perspectivas” que muestra de manera cruda y contundente la dimensión de los efectos sociales de la crisis en las personas más pobres.
Según este informe, casi dos millones de familias tienen todos sus miembros en el paro y 600.000 hogares no perciben ningún tipo de ingresos.España ha pasado de ser un país próspero a un país en el que 12 millones de personas viven bajo el umbral de la pobreza.
Hace unos años hablábamos de la pobreza como una lacra propia de los países del tercer mundo o de sectores muy marginales de nuestra sociedad. Hoy la pobreza es una realidad en nuestro país. La pobreza convive con nosotros.
Los autores del estudio resaltan que la destrucción de empleo y la disminución salarial, así como la reducción de la prestación de desempleo y el aumento de algunos impuestos han provocado que la pobreza severa se haya incrementado de manera importante.
Tres millones de personas se encuentran en esta situación, lo que quiere decir que no pueden cubrir varias de las necesidades básicas para vivir como alimento, agua potable, techo, sanidad y cuidado de la salud.
Esto se traduce en que muchos hogares tienen que recurrir a familiares o a la solidaridad de vecinos, amigos o de organizaciones ciudadanas para poder comer. Incluso se ha hecho habitual en nuestros barrios la imagen de personas rebuscando comida en los contenedores de basura.
3.- SITUACIÓN ACTUAL DE LOS JÓVENES.
La crisis afecta a todos los sectores sociales y a ciudadanos de todas las edades, pero está golpeando con especial dureza a la juventud. Los datos económicos referidos al 2º trimestre de 2012 son contundentes: la tasa de paro de los/as jóvenes menores de 25 años es del 53,3%, duplicando la del conjunto de la población (27%).
La situación de los jóvenes que sí tienen empleo tampoco puede calificarse de satisfactoria, sino que se caracteriza por la precariedad en términos de salarios (bajos salarios que con frecuencia ya no llegan a los mil euros al mes), temporalidad (excepcionalmente se hacen contratos de larga duración) y sobrecualificación (tienen una formación muy superior a la que requiere el trabajo que desempeñan). La situación de desempleo (o de precariedad del empleo) que afecta a la mayoría de la juventud española les impide contar con la independencia económica necesaria para emprender con garantías un proyecto personal propio, y obliga a muchos/as jóvenes a vivir en el mismo domicilio con sus padres. Sin embargo, incluso en estos casos la situación no es mejor, pues residen en alguna de las casi dos millones de familias cuya persona de referencia está también desempleada.
Por otro lado, la subida de tasas de la universidad y la política de becas está abocando a muchos/as estudiantes a abandonar la universidad por falta de recursos económicos, lo que ensombrece aún más las perspectivas de futuro.
4.- PERSPECTIVAS. REFLEXIONES SOBRE EL FUTURO.
Si tuviéramos que elegir un adjetivo para describir el estado de ánimo de la juventud ante la gravedad de la situación económica actual, yo propondría tres: frustración, impotencia o desilusión, y también indignación.
Este estado de ánimo se refleja en los resultados de un estudio sobre el perfil social, inquietudes y motivaciones de la juventud publicado en 2010, el cual concluye que el 46’3% de los jóvenes declara su falta de confianza en un futuro prometedor y más de uno de cada tres considera que “por muchos esfuerzos que uno haga en la vida nunca se consigue lo que se desea”.
Como veo que os habéis quedado muy serios, os voy a contar un cuento. El cuento se titula Las dos ranitas y el cuenco de nata, y dice así:
Había una vez dos ranitas que cayeron en un cuenco de nata. Aquel líquido era demasiado espeso para que sus ancas pudiesen moverse con agilidad y no conseguían avanzar: siempre nadaban en el mismo sitio. Cuando ya llevaban algún tiempo luchando por no ahogarse en la nata una de las ranitas exclamó:
- En esta materia es imposible nadar. Nuestros esfuerzos son totalmente inútiles así que prefiero dejar de sufrir esta agonía y dejar de resistirme a lo inevitable.
Y diciendo esto la ranita dejó de patalear con sus ancas y al poco tiempo se hundió en la nata.
Sin embargo, la otra ranita pensó para sí:“no pienso rendirme. No quiero morir ni un minuto antes de que llegue mi hora”
Y así, la rana nadó y nadó hasta casi el límite de sus fuerzas; hasta que de repente notó un extraño cambio en la sustancia que la rodeaba: ¡La nata se había convertido en mantequilla!
De este mudo la rana que había seguido luchando pudo alcanzar el borde del cuenco de un salto y se fue muy contenta croando hasta su casa.
El primer mensaje que quiero transmitir es que tarde o temprano la crisis acabará y no os podéis dejar llevar por la apatía o el derrotismo. En estos momentos hay que resistir y prepararse para cuando la situación económica y social cambie.
En esta situación tan complicada un sector de la juventud ha reaccionado de forma positiva buscando caminos y estrategias para su futuro profesional.
LA FORMACIÓN ES UN VALOR DE FUTURO
Uno de los problemas es que muchos/as jóvenes no ven la correlación entre formarse y trabajar. En la mentalidad de alumnos y familias se ha instalado el conformismo evidenciado en la pregunta ¿estudiar para qué?.
La coincidencia de paro y elevado nivel de formación en la juventud española ha sido erróneamente utilizada como argumento para desprestigiar el papel de la formación e incluso cuestionar la calidad de la enseñanza impartida en los Institutos y Universidades españolas.
Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Los datos son claros en este sentido e indican que la formación es el mejor “arma” con que cuenta la juventud española para luchar frente al desempleo y prepararse para afrontar el futuro.
Sirvan estos datos como ejemplo:
- La tasa de paro de la juventud entre 16-29 años es del 53 %, mientras que en el caso de los/las jóvenes con estudios universitarios está en torno al 20%, menor que la tasa de paro general (27%) o incluso que la de las personas con estudios de bachillerato.
La conclusión que podemos sacar de estos datos es que cuanto mayor es la preparación menor es la tasa de desempleo.
- En 2011 un 49% de las ofertas de empleo eran para titulados/as en universidades y un 30,5% para enseñanza obligatoria. Esto significa que el 15% de las personas paradas que sí son universitarias optan al 49% de las ofertas de empleo, mientras que el 56% de las personas desocupadas con estudios básicos pueden optar solo por el 30,5% de las ofertas para ese perfil.
La segunda conclusión es que cuanto mayor es el nivel de formación se puede optar a un mayor número de ofertas de trabajo.
- El colectivo con mayor formación tarda menos tiempo en encontrar empleo y tiene contratos laborales más estables.
- Las personas con titulación universitaria tienen mayor movilidad funcional y geográfica.
BUSCAR EMPLEO EN OTROS PAÍSES
Recientemente han aparecido en diferentes medios de comunicación social noticias y reportajes sobre jóvenes, generalmente con niveles altos de educación, que emigran a otros países en busca de empleo.
Trabajar en otros países puede permitir a la población más joven desarrollar su carrera profesional y su proyecto personal, ampliar sus redes profesionales, y desempeñar puestos más ajustados a su nivel de cualificación. Sin embargo, también tiene sus aspectos negativos: el primero es que los/las jóvenes no se van voluntariamente sino obligados por la falta de perspectivas de trabajo en España, y también el desarraigo familiar y los potenciales problemas de adaptación.
JÓVENES NI-NI
Los años de prosperidad en el sector de la construcción llevaron a muchos/as jóvenes al abandono escolar temprano para trabajar; con la crisis se han quedado sin empleo, sin formación y con escasas perspectivas.
Parte de estos jóvenes ha optado por retomar sus estudios, pero un porcentaje importante de ellos están desempleados, no busca activamente empleo, y no sigue ningún tipo de educación reglada o formación ocupacional. Se trata del grupo denominado “jóvenes ni-ni” (ni estudian, ni trabajan).
Según un análisis de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, en base a datos de la Encuesta de Población Activa, el número de jóvenes españoles entre 16 y 20 años en paro y sin estudios obligatorios en 2012 asciende a un millón.
Si a la falta de trabajo se suma la desvinculación educativa, este grupo de jóvenes se sitúa en grave riesgo de exclusión laboral y social.
Obviamente esta no es una opción de futuro; los poderes públicos y organizaciones sociales deben proponerse ayudar a estos/as de jóvenes a salir de esta situación e integrarlos en la vida social y laboral
5.- COMPROMISO SOCIAL. SOLIDARIDAD.
El paro es la consecuencia más dramática de la crisis que estamos viviendo, pero no es la única. Se están suprimiendo de un plumazo derechos que costó décadas conseguir.
Se están recortando derechos y prestaciones sociales: la educación va a dejar de ser un derecho para convertirse en un privilegio; se están recortando prestaciones sanitarias, (se ha introducido el copago sanitario, tratamientos para enfermedades crónicas van a dejar de ser gratuitos, . . .) y también se están perdiendo derechos laborales.
El discurso oficial nos transmite de forma machacona dos ideas: la primera es que todos nosotros somos culpables de la situación (se repite como un mantra la frase “hemos vividos por encima de nuestras posibilidades”), con lo que se trata de culpabilizar a las víctimas de la crisis, y la segunda, que no hay otra solución posible, que debemos aceptar como inevitables todas las políticas que se están aplicando.
Con estos mensajes lo que se pretende es fomentar la resignación y la pasividad de los/as ciudadanos/as.Aunque no podemos negar que el panorama es poco alentador, la juventud no debe ni puede resignarse.
Como escribió Sthéphane Hessel: “es tiempo de acción, de participación, de no resignarse. Es tiempo de democracia genuina. Tiempo de movilizarse, de ser actores y no sólo espectadores impasibles,. . .”
Lo contrario de la resignación es la rebeldía. Rebeldía no es gritar, no es una actitud agresiva, no es el insulto o la mala contestación. La rebeldía es una actitud razonada y serena, pero firme ante la realidad que vivimos. Rebeldía es decir “basta ya”. Rebeldía es creer que otra sociedad más justa e igualitaria es posible.
Vuestro futuro se está escribiendo hoy. Vosotros debéis participar en las decisiones que os afectan; si no lo hacéis, alguien lo escribirá por vosotros.
Del estudio “Jóvenes españoles 2010‟, de la Fundación SM, me llamó la atención, y me preocupó, una de sus conclusiones que me gustaría comentar con vosotros: el 63,9% de los jóvenes muestra su acuerdo con la frase “a la mayoría de la gente le preocupa poco lo que le pasa a los que están a su alrededor”.
Me cuesta trabajo aceptar esta afirmación. A mí alrededor veo todo lo contrario.Están surgiendo muchos movimientos solidarios y plataformas ciudadanas de lo que los/as jóvenes son impulsores o forman parte importante de las mismas. El estudio fue publicado en 2010 y posteriormente, o de forma simultánea, nació el movimiento 15M, Frente cívico, Stop Desahucios, iniciativas solidarias de apoyo a las familias más castigadas por la crisis, plataformas a favor de la educación y la sanidad públicas, . . .
En los tiempos tan difíciles que estamos viviendo no podemos permanecer indiferentes ante la realidad que nos rodea, no podemos dar la espalda a tantas personas que están viviendo situaciones dramáticas. Todos tenemos que arrimar el hombro en la medida de nuestras posibilidades. Debemos ser solidarios.
Yo quiero hacer una reflexión personal. Para mí es importante distinguir entre solidaridad y caridad.Caridad es que el que más tiene ayuda a sobrevivir a los más necesitados, pero como una forma de solución instantánea, pasajera, de no involucrarse. La caridad no erradica el problema, lo perpetua. Como dice Eduardo Galeano: la caridad no combate la injusticia, sólo la disimula.
La solidaridad se ejerce de igual a igual.No sólo se limita a ofrecer ayuda material para solucionar una situación puntual, sino que va un paso más allá: debemos preguntarnos por qué se produce esa situación e implicarnos en la solución.
Quiero terminar con una frase de José Luis Sampedro escritor y pensador, una de las personas más lúcidas y queridas de este país, recientemente fallecido:
“Este ocaso es el momento de la acción entre todos porque otro mundo no sólo es posible, es seguro. Si mejor o peor, dependerá de nuestra reacción. Mi mensaje a los jóvenes es que ha llegado el momento de cambiar el rumbo de la nave. Aunque sus líderes sigan en el puesto de mando y al timón, aunque desde allí sigan dando órdenes anacrónicas, los jóvenes puestos al remo pueden dirigir la nave. Sólo necesitan unirse y acordar que a una banda boguen hacia delante mientras en la otra remen hacia atrás y el barco girará en redondo, poniendo proa hacia un desarrollo humano.”
Juan Jiménez Anula
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